Para mi experiencia personal, una de las más refinadas y pragmáticas diseñadoras de estas latitudes. Como evidencia podemos ver su trabajo realizado de 2006 a 2010 en el Centro Cultural de España en Guatemala (que incluye las innumerables agendas mensuales, publicaciones como la “Guía de Arquitectura Moderna de Ciudad de Guatemala” y “Arquitectura de Remesas”, afiches, invitaciones, etc.) la reciente reedición de “Guatemala, Eterna Primavera, Eterna Tiranía” de Jean-Marie Simon y el proyecto literario web “Traviesa” de Rodrigo Fuentes, entre muchos otros.
En El Yeti, Lucía me muestra un libro de Wes Anderson, en el cual incluye los procesos para la creación de sus filmes y los personajes. Del filme “Rushmore” vemos el personaje Max Fischer (un menor de 16 años), recordamos la escena donde él se emborracha y se comporta groseramente en un restaurante al no ser correspondido por su “amor platónico”. Continuamos la conversación, sobre mi experiencia trabajando con ella y la importante etapa de aprendizaje que fue para mí. Entre ellas, el disfrutar del proceso y estar entusiasmado por el proyecto que uno está realizando. Lucía continua:
Como decía mi profesor, Roland Young —una mis mayores influencias— ser diseñador es un infierno y es cierto, es muy difícil. Pero también hay momentos donde uno disfruta muchísimo. Para mí un libro es como un parque de diversiones, donde hay muchos elementos, varios tipos de información, esquemas, diferentes capítulos, pies de foto, bibliografías, y es en eso donde se van formando varias capas, la tipografía se introduce en cada una de esas voces. Y yo disfruto de hacer el kerning (interletraje) porque la tipografía es hermosa y alguien se pasó toda su vida diseñándola; ser diseñador es ser sirviente de la tipografía (risas). El diseñador es un editor, es un traductor, porque tomas la información, la diagramas y seleccionas la tipografía en función de algo, siempre. Es funcional.
Una vez alguien dijo que el buen diseño no se nota.
¡Sí!, el mejor diseño tiene que ser transparente porque es funcional. Cuando hay mal diseño le molesta a la gente, ya no se fija en lo que se está leyendo. Hace poco estaba leyendo un texto que no estaba justificado, sino alineado a la izquierda y usaba guiones para separar las palabras. Y cuando está justificado es el único momento en que tienes que usar guiones, entonces quedaban palabras cortadas en sus primeras sílabas, y eso impide al lector leer la palabra completa.
Los guiones tienen una función muy específica, sirven para acomodar el texto justificado, tratan de compensar espacio para que las letras queden lo más homogéneas posibles. Pero si el texto está alineando a la izquierda, no tiene ningún sentido, no hay ningún espacio que acomodar y lo guiones en ese caso se ven horribles.
¿Qué proyectos tiene El Yeti para el futuro?
Este año vamos a empezar el proyecto de Himalaya, junto con mi hermana Claudia (Menéndez). Ella comparte esa misma fascinación que yo tengo con los papeles, el color y las tipografías. Es un proyecto bien grande que inicia con nuestra prensa de letterpress, “Rainicorn”, es una Chandler & Price, hecha en los EE.UU. El proyecto de Rainicorn tiene 2 partes: una línea de producción propia de muchos de productos: sobres, libretas y tarjetas; y por otro lado, el servicio de impresión, para imprimir algo específico por encargo. Pero Himalaya es un proyecto enorme, no solo es la parte de papelería e impresión sino que también hacemos todo tipo de proyectos vinculados al diseño.
¿Cómo nació el Yeti?
Formé El Yeti en 2008, porque estaba segura que no quería trabajar para una agencia de publicidad, porque no me gusta el proceso que tienen ni la forma en que miran las cosas. Eso lo tenía súper claro desde que me gradué, de hecho hay un manifiesto que leí cuando estaba estudiando, que firmaron un montón de diseñadores donde plantean una percepción distinta del diseño gráfico que no comparten muchas agencias de publicidad. Por eso hice mi estudio.
Observo continuamente que ciertos diseñadores, solo se enfocan en el diseño en vez de nutrirse de más cosas.
Roland Young decía: "pregúntame sobre la historia de cualquier cosa… la conozco". Los diseñadores creen que solo leyendo de diseño van a saber todo, ¡que aburrido!. Hay que tener todo tipo de referencias: música, historia, artes visuales, filosofía, arquitectura, absolutamente todo.
¿Qué cosas de este contexto te han interesado incluir en tu trabajo?
Lo que más amo es la Tipografía Vernacular, toda la Gráfica Popular. La amo porque es algo que no tiene muchos de los vicios que se adquieren al estudiar diseño, algo que no ha pasado por una forma de pensar determinada ni es algo “sobre-teorizado” y entonces no existen un montón de reglas a las que yo estoy muy sujeta: hay un elemento de sorpresa y frescura en las soluciones de diseño que es increíble en la Gráfica.
Esa libertad que a uno lo oxigena.
¡Sí!, como con las combinaciones de colores, que se observan en las fachadas de las casas.
Yo tuve una gran lección con Aldo (Puicón) —que también ha sido una gran influencia— me cambió mucho la forma de percibir los materiales y colores. Todo depende de un buen diseño y no depende de materiales costosos. El diseño que más aprecio personalmente es el que está hecho con pocos recursos.
Algo que aprendí en Art Center (de Pasadena), es que mucha gente está confinada a su computadora, y en la computadora uno solo puede estar viendo una cosa a la vez. Y cuando uno se sale de esta, es increíble. ¿Te acuerdas cómo armamos la secuencia del libro de Jean-Marie (Simon)? pegando las fotos (en las paredes) y conviviendo con las fotos todo el tiempo, necesitas tener una visión del todo. Y para mí un diseñador jamás puede diseñar algo sin haberlo leído, es algo impensable.
A mi me sorprende mucho lo disfuncional diseño web de diversas instituciones en Guatemala.
¿Sabes cual es el problema? la gente que está tomando las decisiones, es gente que no está formada en ese campo y muchas no valoran la profesión de un diseñador. Es una responsabilidad muy grande, porque tienes que informar a mucha gente a la vez.
Para mi, el diseño es una forma de ver la vida, todo el tiempo, todas las decisiones que uno toma llevan un porqué.
9.4.14
5.4.14
LONDON CALLING (Londres al habla)
London Calling from Alberto Rodríguez on Vimeo.
El nombre tomado de la canción y disco de "The Clash" (y este a su vez del programa de radio británico durante la segunda guerra mundial) es una obra realizada en 2012 que explora la tensa situación que vivió Guatemala, Belice, Inglaterra e Israel en la década de 1980, lo que llevó a casi el origen de una guerra entre Inglaterra y Guatemala, al este último, planificar la invasión de Belice para hacer un "reclamo histórico" sobre su territorio.
El libro recoge imágenes de períodicos británicos y guatemaltecos de esa época, que cubrieron dicha noticia. Fotografías y títulares se mezclan sin aparante significado y conexión. La imagen saturada de los periódicos desaparece, para generar una narrativa a través de la ironía y el absurdo, tal y como fue la tensión política entre dichos países.
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